domingo, 2 de noviembre de 2008

La crisis económica afectaría la lucha contra el calentamiento global

“El Hombre es el primer animal que ha creado su propio medio, pero irónicamente es el primer animal que se está destruyendo a si mismo.”
Ernesto Sábato
La caída libre que afecta a la economía de Estados Unidos puede derrumbar uno de los principales objetivos ambientalistas: frenar la emisión de los gases de efecto invernadero, que provocan el calentamiento global. Es así como los esfuerzos para la estabilización de la economía podrían dificultar la aprobación de leyes para reducir el dióxido de carbono y otros gases de invernadero. En el mejor de los casos, podría demorar la fecha del inicio de la implementación de esas reducciones.
En momentos en que crece la evidencia de que las crecientes temperaturas mundiales han estado teniendo consecuencias negativas para la Tierra a una velocidad más rápida que la prevista, y como lo anticipan estudios basados en un modelo que analiza el aspecto económico del cambio climático, cuanto más tiempo pase sin que se tomen medidas para resolver el problema, más dinero costará resolverlo.
La economía global está perdiendo más dinero con la desaparición de los bosques y otros recursos naturales que con la crisis financiera actual. Ésta es la conclusión de una investigación que se presentó en el IV Foro Mundial de la Naturaleza.
Los bosques brindan servicios que los seres humanos necesitan. Regulan los suministros de agua, generan fuentes de trabajo, absorben dióxido de carbono y son hogar de insectos encargados de la polinización.
Si los bosques desaparecen, desaparecen estos servicios. Hace aproximadamente un año, la Unión Europea le comisionó a Pavan Sukhdev, economista del Deutsche Bank, evaluar el costo de esta degradación de la naturaleza.
Su conclusión es que hace parecer pequeños -en comparación- los montos que se están perdiendo en la actual crisis crediticia.
Si un número suficiente de árboles desaparece de la cuenca del Amazonas, por ejemplo, habrá desaparecido uno de los principales reguladores del clima mundial, además de un ecosistema que proporciona sombra, agua y trabajo para miles de personas.
Sukhdev dice que los gobiernos han comenzado a tomar en cuenta este problema, pero en el clima actual aún está por verse si existe un compromiso político para asumir más costos vinculados al medioambiente.
El ex secretario ejecutivo de la Convención Marco de Naciones Unidas de Cambio Climático, Michael Zammit, destacó que para luchar contra los efectos del calentamiento global se requiere "una acción urgente" y "conjunta" por parte de las economías emergentes y las más desarrolladas, porque aún hay tiempo, pero "no mucho".
El calentamiento global podría costar a EE.UU. unos 3,8 billones de dólares anualmente hasta el año 2100 si no se toman ahora las medidas necesarias, según un estudio dado a conocer este sábado por la organización ecológica Onda Verde.
El turismo, la agricultura y otras industrias que dependen del clima serán las más lastimadas, pero nadie estará exento, afirman los economistas Frank Ackerman y Elizabeth A. Stanton, de la Universidad de Tufts.
"Este nuevo modelo calcula que el costo real de todos los aspectos del calentamiento global, incluyendo las pérdidas económicas, los daños no económicos y el aumento en los riesgos de catástrofes, alcanzará el 3.6 por ciento del Producto de Interno Bruto (PIB) de EE.UU. para el 2100 si se permite que las emisiones continúen como están", dice el informe.
Por último, haciendo referencia al Supermartes en EEUU, es válido analizar si realmente (como lo afirman ciertos personajes del American Dream): ¿Estados Unidos va a tener por fin un presidente que se tome el cambio climático con suficiente seriedad como para adoptar alguna medida?
A diferencia de Bush, McCain y Obama han manifestado desde hace mucho tiempo que el cambio climático es una amenaza que debe abordarse de manera preferente y exige una acción eficaz inmediata. En la cuestión medioambiental, las propuestas de Obama son más firmes y enérgicas. Los demócratas defienden lo que la ciencia manifiesta que es necesario: un recorte del 80% de las emisiones de gases para el 2050. Obama, como presidente, lo lograría mediante el sistema de venta de los permisos para contaminar que pagarían las empresas y cuyos ingresos dedicaría al fomento de la energía verde y a ofrecer descuentos a los afectados por el aumento de los precios de la energía.
McCain, sin embargo, puede señalar con razón que ha estado hablando acerca del cambio climático durante más tiempo que muchos demócratas; los republicanos copatrocinaron el último proyecto de ley importante sobre el cambio climático en el Senado en el 2005 (el objetivo de la ley sobre seguridad del clima era reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de Estados Unidos en un 19% para el año 2020 y el 71% por ciento para el 2050, igualmente según el sistema de venta de permisos). Sin embargo, resulta dudoso que el enfoque que propone Mc-Cain revierta efectivamente en reducciones de gases tan notables, ya que en su caso negociaría los permisos de forma gratuita, método que los medioambientalistas atacan por considerarlo un “regalo de empresa”. Obama vendería todos los permisos de emisiones al mejor postor. Y Obama es mucho menos entusiasta que McCain a propósito de la energía nuclear como respuesta al cambio climático.
La auténtica batalla por una nueva política estadounidense sobre el asunto llegará en el año 2009, cuando un nuevo Congreso y un nuevo presidente aborden la cuestión. Pese a las insuficiencias del proyecto de ley, el hecho de haber llegado al Senado ha señalado un avance; el compromiso retórico de llegar a reducir las emisiones un 70% va mucho más allá de lo que se consideraba realista en el Capitolio hace un año. Pero la Tierra no pacta ni acuerdos, ni mucho menos negocios turbios.

1 comentario:

Matuto dijo...

Vi ese video y es un garron que estemos causando eso.

:(

Gracias por crear conciencia :)